Cuando hablamos de cerdo ibérico, generalmente lo que se nos viene a la cabeza es jamón, chorizo, lomo... Pero más allá de los productos curados ibéricos, existe una gran selección de carnes ibéricas de excelente calidad para cocinar todo tipo de platos sabrosos y saludables. Se trata de carnes nobles que no necesitan prácticamente ningún aderezo para alcanzar la cima gastronómica.
¿Sabes en qué se diferencia un jamón blanco de un jamón ibérico?
Cuando vamos a comprar un jamón hay aspectos que tenemos que tener en cuenta; el primero y más básico es saber diferenciar entre un jamón blanco y un jamón ibérico. ¿Sabes cuáles son sus diferencias? En este artículo te contamos las principales:
Partiremos de la base que el 93% del jamón que se elabora en nuestro país es jamón blanco, frente a un 7% que es jamón ibérico. Está claro que en cuanto a volumen, el jamón blanco es el rey.
El jamón ibérico, alimento completo y saludable
El cerdo ibérico es un animal muy apreciado en nuestro país. De todos los productos que de él provienen, podríamos decir que el jamón ibérico es quizás el que se considera más completo y saludable.
Vamos a repasar cuáles son las características que hacen que sea más recomendable que otras carnes para una alimentación equilibrada. Y descubriremos por qué es considerado por muchos una joya de la gastronomía que merece la etiqueta de delicatessen.
La raza, la alimentación que haya llevado el animal, su correcto desarrollo físico y su curación son algunos de los factores que determinan el sabor del jamón ibérico. Podríamos afirmar que cuando nos llevamos un trozo de este producto a la boca, encontramos multitud de matices, un sabor intenso a la vez que sutil.
Su aroma y jugosidad también son rasgos muy característicos de este producto exclusivo. Pero la clave fundamental para que el jamón ibérico esté considerado como un alimento saludable es su composición rica en proteínas, minerales, vitaminas y su elevada digestibilidad.
Conociendo el vino I: Fases de la cata
Catar es someter el vino al juicio de nuestros sentidos para valorarlo, apreciarlo y en definitiva, disfrutar con él. Como sinónimos de cata tenemos: degustación, análisis organoléptico o análisis sensorial (porque intervienen los cinco sentidos en el vino).
El vino, en lo que a sabor se refiere, es la bebida más variada de los productos que consumimos; y todo esto está determinado por la influencia de los microclimas, la composición de nuestros suelos, la variedad de las cepas, los diversos estados de maduración de las uvas, las técnicas de vinificación y conservación de nuestros vinos.
Fase Visual
Lo primero que hay que hacer para valorar un vino es observarlo detenidamente.